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Previamente en Tratando de Entender Al Mundo:
Jul-08: Qui Bene Amat, Bene Castigat
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Capítulo 10:
- Ella parece simpática.
- Vamos, yo te la presento.
- ¿La conoces?
- Sí, ella viene todos los fines de semana, anda parate y vamos.
- Ok.
Saben, a veces ocurre, uno cree que su vida es una mierda, que no hay sentido de vivirla, solo existimos más no vivimos, entonces es cuando estas en el fondo cuando puedes ver a otros como uno, otros que también piensan que su vida es una mierda, otros que creen que no hay escape a su situación, usualmente cuando has llegado tan bajo no ves a la chica que termino con su enamorado ni al chico que se dio cuenta que su mejor amigo no era tal, no, al fondo estan quienes se rindieron, aquellos que no peleamos más, solo queremos las pastillas para el dolor y esperar hasta que todo acabe de una manera tan trágica como la que nos trajo a esta situación.
- Hola.
- Hola Javier, ¿listo para otra maratón?.
- Jaja, claro, hey, te presento a un amigo, Ricardo, ella es Valeria, Valeria, Ricardo.
- Hola Ricardo, ¿nos vas a acompañar?
- Hasta donde pueda.
Ahí estaba esa sonrisa, me pareció tan linda, sus gestos eran tan atrayentes, pero su ojos la delataban, quizá era cansancio, que sé yo, en ese momento no me importó, solo quería tomar, quizá bailar, quizá tomar una pastilla, ese es el problema con algunos, probar los limites hasta uno deje de sentir. Es la educación católica que recibí cuando era niño la que evitó que termine como los amigos de Javier, ahí en el suelo drogados por esa sustancia y por el amor por la perdición, yo no podía ser como ellos, PERO EN EL FONDO ME SIENTO COMO ELLOS, es solo cuestión de dias o semanas cuando acabe igual.
- ¿Te vás Ricardo?.
- Sí Vale, ya estoy molido.
- Vamos, ya no quedan muchos con quien bailar.
- Ok, claro -es imposible resistir esa sonrisa-.
- Son las cinco y media Ricardo, ¿quieres ir a otro lado?.
- Claro, ¿donde tienes en mente? -otra ves esa sonrisa-.
- vamos, conozco un lugar.
- Hey, ¿segura que quieres hacer esto?.
- Silencio y bésame.
Quisiera decir que fui el hombre caballero que no aprovecho la situación, realmente no lo pensé dos veces, no dudé de mis acciones ni pense en el mañana, ver esa sonrisa bastaba para despertar mi libido, luego su cuerpo y sus piernas hicieron que todo esto fuera un viaje, un viaje más donde no habia dolor, no habia pena, no habia angeles ni demonios, todo era placer y nada más existia ni vivia.
Al abrise mis ojos otra vez vi esa mirada triste, ahora creo que se que lo causa.
- ¿Quién te dió ese anillo?.
- Despertaste Ricardo, - sí, esa era la causa- fue un regalo de mi primer amor, es un denario, él era muy creyente.
- ¿es por eso que estas tan triste?
- ¿Qué dices?
- Tus ojos, te delatan.
- No dormimos mucho.
- No es eso, asi estan desde ayer, solo dime ¿por qué estas tan triste?.
- Yo no estoy triste.
- ¿Él te dejó, se casó con otra?.
- Él está muerto, el año pasado lo atropelló un carro.
- Lo siento.
- No importa, ¿quieres ir a comer?.