sábado, 27 de octubre de 2007

Atrapado en el ruido de la velocidad

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Previamente en Tratando de Entender Al Mundo:

Abr-2006 Podemos vivir más despacio?
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Capítulo 10.

Cada mañana mientras espero por el micro que me lleve a mi centro de estudios soy parte de un ritual, me convierto en uno más de los que tenemos obligaciones; sean, clases, trabajos, colegios, por si fuera poco, la mayoria posee ese sentido de responsabilidad que hace que uno quiera llegar puntual, entonces, al amanecer podemos ver los paraderos llenos, los micros abarrotados y las personas corriendo para lograr subir a los buses y si saliste tarde entonces te vas en taxi, en fin, al amanecer TODOS CORREN.

El acto de correr en la mañana no es todo, luego estan las tareas del colegio, las asignaciones en la universidad, las presentaciones en el trabajo, y de nuevo, otra ves tenemos que correr, cuando llega la hora del almuerzo acabamos rápido para continuar con nuestras asignaciones pendientes, y asi corremos los dias, cuando queremos ir de un lugar a otro aparece otra vez, como si fuera parte de la acción misma, la prisa por llegar a nuestro destino, nunca mirar al costado, siempre de frente.

Cuando voy en el micro siempre veo por la ventana a las personas caminar, imaginando que es lo que ellos puedan estar pensando, intentando dar un sentido a su prisa: quiza aquel tipo tiene que sacar dinero del banco para pagar el rescate de un secuestro, quizá es chica necesita llegar a su casa por incontinecia urinaria, probablemente ese niño corre para poder ver a su abuela que esta enferma y sin mucho tiempo más de vida, A DONDE CORREN TODOS?.

Ya lo he mencionado antes pero vale la pena mencionarlo de nuevo, a veces mirar el recorrido vale mucho más que el mismo fin, esto lo se porque, bueno, quién entiende mejor la espera que aquel que sufre por esta?, poder ver todas las cosas que a uno le pasan y aún seguir con ese deseo de vivir el siguiente día es algo que merece ser escrito, lograr los objetivos que uno se propone a veces no son nada sin no ves bien todo aquello por lo que tuviste que pasar.

Entonces llega el micro con rumbo a la universidad y que hago?, LO DEJO PASAR, me ire en el siguiente, o en que sigue despues de ese, se que luego tendré que compensar el llegar tarde a clases, pero vale la pena a veces no hacer caso a las prisas que te da la vida, tratar de bajar la velocidad al ritmo de vida debe estar presente en nosotros, recuerden que no se vive la misma vida dos veces.

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